domingo, 21 de diciembre de 2014

Entrevista. Ezequiel Fanego. Editor



“Un buen catálogo es la mejor decisión comercial”

 

 por Julieta Mortati

Si hay una editorial que pegó un salto inmenso este año fue Caja Negra, fundada y dirigida por Ezequiel Fanego y Diego Esteras, elegida como la “editorial del año” en la Feria del Libro de Buenos Aires. Por cierto, estos jóvenes editores que armaron su catálogo –literalmente– golpeando las puertas de sus autores, fueron invitados a Frankfurt (donde todas las editoriales del mundo definen los títulos del año próximo), y a Guadalajara (allí “trabajaron” sus libros junto a Los 7 logos, una unión editorial conformada por siete pequeñas editoriales). En cuanto al catálogo más reciente, lanzaron una colección titulada “Futuros próximos” en la que van a publicar ensayos de crítica cultural que ayuden a entender “las transformaciones del mundo que nos rodea”.  Ezequiel Fanego recibió a Miradas al Sur en su oficina de Caballito, donde también funciona la distribuidora propia, Comacuatro, y desde la que trabajan para ampliar su área de mercado a México y España.

–¿Qué aprendieron en Frankfurt?
–Fue impresionante. Me di cuenta de que habíamos editado desconociendo el mercado de derechos editoriales. Frankfurt es una vidriera de oferta y demanda, como la bolsa de valores: hay gente corriendo y negociando y me di cuenta de que mucho de lo que se edita en español tiene que ver con lo que se ofrece ahí. Y nosotros por desconocer esa lógica siempre fuimos a buscar los libros por fuera de lo que está circulando allí.
–¿Cómo resultó su experiencia en Guadalajara?
–Era la primera vez que íbamos a México, con el objetivo de trabajar en la distribución y difusión de nuestros libros. Allá la cultura tiene un espacio bastante importante, pero es un tipo de cultura muy promovida por el Estado y me pareció que salvo contadas librerías, hay un modo más clásico de acceder a los libros. Me parece que lo nuevo ocurre en espacios muy cerrados y sin mucha comunicación con el resto. Pero también vimos que si bien España tiene ganada la predominancia por sus años en el mercado, nosotros somos la segunda opción. Muchos agentes están buscando nuevas editoriales, ampliando las fronteras.
– ¿Considera que las editoriales independientes tienen la capacidad de crear una nueva comunidad de lectores?
– No sé si una editorial tiene la capacidad de construir lectores. Sí creo que las inquietudes están ahí y la tarea del editor es entrar en sintonía con lo que ya está circulando. Las editoriales más grandes, por una lógica intrínseca de exigencia de su tamaño, tienen menos capacidad de mutar al compás de las necesidades de los lectores. Nosotros tenemos mayor capacidad de arriesgarnos y reinventar criterios. Yo creo que los lectores están ahí, no son de las grandes ni nuestros. Uno nunca tiene ganado nada, sino que es un contrato que se renueva en cada libro y con el tiempo se puede lograr un vínculo. Un estilo de hacer las cosas, ciertos niveles de credibilidad y expectativas, no aseguran lectores pero le otorga cierta visibilidad a lo que se hace.

– ¿Cómo promocionan sus ediciones?
– Armamos ciclos de cine, invitamos a los autores de afuera. Cuando presentamos el libro Generación Hip - Hop de Jeff Chang, hicimos una clínica de producción con una máquina de ritmos de hip hop. Consideramos que nuestra tarea no se termina con el libro, sino que también consiste en encontrar los canales para que el libro llegue a más lectores y multiplicar las experiencias en otros ámbitos. No se trata de una lectura en soledad, sino que se genere algo en el intercambio de lo que los otros tienen para decir.
–¿Cómo fueron pensando la línea del catálogo?
–Personalmente creo que tiene que existir esa voluntad de compartir, sacar los libros que nos gustan te hace sentir menos solo con tus intereses. Cuando empezamos sentíamos que no iba a haber muchos interesados, pero en el momento en que encontrás que se puede generar una energía entre los lectores, te das cuenta de que tus intereses se pueden conectar con los de muchas personas. Entonces el origen de armar una editorial fue pensar en encontrar una plataforma para que dialoguen intereses erráticos, tejiendo hipervínculos. La editorial fue una plataforma para escenificar ese tipo de conexiones entre un autor y un texto, sacarlo del contexto original y ponerlo a funcionar en el contexto del catálogo de la editorial.

–¿Cómo definen su catálogo?
–Es el reflejo de nuestra lectura y tenemos una tendencia hacia lo ensayístico, un pensamiento no académico y nos interesaron los géneros ninguneados por el cánon más tradicional del saber. Asumir que Michael Jackson puede ser un problema de nuestra culura.
–¿Cree que las editoriales chicas crecen por el lugar que van dejando las grandes?
–No sé si es que las grandes dejaron un espacio, sino que las chicas demostraron de maneras distintas de que se puede tener una pequeña empresa autogestionada sin ser suicida comercialmente. Pueden durar poco tiempo y publicar por amor al riesgo, pero se fue probando que nuestras editoriales tienen un catálogo que tienen la capacidad de comunicarse con los lectores y fue convenciendo a los lectores, libreros, periodistas, los actores principales del mercado editorial, quienes nos dieron un espacio.Y nosotros fuimos tomando conciencia de que cada espacio ganado por una de nosotros, es un espacio ganado para una colectividad de editoriales de catálogo independiente. Entonces, sí es posible tener una editorial que cree en lo que está haciendo, tiene un objetivo y sabe cuál es su aporte y diálogo con la cultura y aún así tener una conciencia de lo que puede ser sostenible comercialmente y lograrlo. Esa contradicción entre lo comercial y cultural es medio ficticia. Tener un buen catálogo es la mejor decisión comercial que se puede tomar.

Auge de las pequeñas editoriales

 

El fenómeno independiente

Con fuerte presencia este año en París, Frankfurt y Guadalajara, y un sostenido crecimiento en el mercado local, los pequeños emprendimientos editoriales argentinos ganan espacios de visibilidad, difusión y comercialización.

 El fenómeno independiente


Es difícil que el tiempo se vuelva un aliado. Sin embargo, en algunos ámbitos, puede ser todo. Como por ejemplo sucede en el campo editorial: cuántos más años, más experiencias, más libros, más posibilidades de crecer. Hoy, en Argentina se está dando un panorama particular en el mundo de la edición independiente. Crece a puro pulmón y trabajo de hormiga con pocos incentivos de capital, lo que no impide que allí surjan nuevos emprendimientos, se acerquen nuevos lectores y los libreros estén cada vez más interesados en exhibirlos y venderlos. Si bien todavía la producción resulta ser a pequeña escala y el costo es la fuerza de trabajo a cambio de muy poco margen de ganancia, Argentina está viviendo un momento de tendiente profesionalización editorial. Si por el mundo del libro pasa algo nuevo, es en el llamado “circuito” de editoriales de pequeña y mediana envergaduras.
Así como en el actual panorama del llamado “rock”, las bandas no necesitan recurrir a un contrato discográfico de una multinacional para sacar un disco, en la industria editorial, los cambios en los medios de producción –como por ejemplo sucedió con la posibilidad de poder imprimir en digital, que habilita se puedan hacer tiradas más cortas– implica que el capital inicial al lanzar una editorial sea de rápida recuperación. El bajo costo de inversión es lo que diferencia a este circuito de los grandes conglomerados editoriales que responden a otra lógica de producción. Esto bien lo explica Mariano Blatt, poeta y editor de Blatt&Ríos, fundada en 2010 junto al poeta Damián Ríos, desde la que privilegian por sobre todo la producción de literatura local. “Las grandes editoriales vienen descuidando el valor literario de su catálogo hace tiempo. Cuando empezaron a agruparse en multinacionales desde los ’90, les dejaron de interesar los libros literarios porque son empresas gigantes de inversionistas con objetivos económicos que un libro literario no puede cumplir. Hasta hace un tiempo necesitaban de la literatura para mantener cierta categoría de la marca, pero últimamente han perdido el interés de los autores porque casi todos se dan cuenta de que una grande no es mejor que una chica o incluso es peor porque no se venden más y no le dedican el tiempo necesario porque sacan una cantidad de libros que si a los dos meses no cumplieron con las expectativas, los sacan de librerías.” Pero también esto tiene que ver con el tipo de literatura que se produce. Se extiende Blatt: “En el mercado anglosajón existe algo que es la literatura comercial. Ellos diferencian entre libros de literatura y literatura comercial. Acá hay poca producción comercial y no hay muchos autores de best sellers argentinos. Creo que esto es porque no hay una tradición de escritura comercial que sí hay en la cultura sajona con las escuelas y programas de las universidades de escritura creativa. No existen los autores que las editoriales grandes necesitan.” En esto coincide Goyeneche de Nulú Bonsai, que en seis años lleva publicados más de cincuenta títulos en un catálogo que pretende publicar “autores que quieren hacer una carrera más allá de que sean jóvenes e inéditos, autores conocidos o difíciles de conseguir, autores a los que el mercado les dio la espalda, autores de culto y nuevos de otros países que no están siendo traducidos”, según define. “Yo creo que en España también están surgiendo editoriales independientes copadas, pero la posta pasa en el sentido del lector. El lector se empezó a dar cuenta de que el contenido de los grandes grupos se estacionó y hay un montón de autores que están creciendo por otros lados”.

Maximiliano Papandrea, cofundador de Páprika, una de las últimas editoriales que se sumaron al circuito y a quienes les interesa armar un “catálogo ecléctico formado por la literatura contemporánea argentina, los nuevos escritores que afuera son conocidos y no son traducidos acá y autores inéditos”, hace un análisis de la situación que incluye a los libreros. “Es un muy buen momento de la edición en todas partes. Lo más interesante pasa por las editoriales independientes. Esto se da un poco por la concentración de los grupos que fueron dejando espacios que los editores independientes empezaron a cubrir y es un fenómento cultural amplio en todas las disciplinas, se ve en la música, el arte. Se están volviendo más accesibles los medios de producción y eso hace que existan editoriales de características y escalas muy distintas. Y en el caso particular de Argentina, hay una muy buena red de librerías literarias. En Buenos Aires, por sobre todo, pero también en Córdoba y Rosario. Eso diferencia a Argentina de otros países de América latina. En Brasil, Chile, México, casi no hay librerías chicas y medianas y todos los libros caen en cadenas y eso es complicado. En Argentina hay una tradición fenomenal de libreros que en algún momento ponen una librería no tradicional y eso hace que nosotros como editores independientes tengamos un canal muy rápido y receptivo para lo que hacemos. El fenómeno independiente excede lo editorial y atraviesa todo.”
Una de las cosas que se vieron este año en la feria de libros más grande en habla hispana, la Feria de Guadalajara –en la que Argentina fue invitada de honor–, es que los agentes y editores están mirando un poco más a América latina, y no sólo por sus escritores. Con su crisis, España se corrió y deja un lugar. Pero también pasa otra cosa, según Blatt: “Más allá de que España tiene una crisis muy grande, pasa que los autores internacionales están percibiendo que si eras un autor bueno de Francia, ibas a España y les vendías la traducción para todo habla hispana. Esos libros no llegaban a Latinoamérica, entonces los autores prefirieron vender derechos locales porque se aseguran la distribución.
También se dio otro fenómeno interesante. Mientras las revistas independientes cierran o pasan a salir en formato digital, las editoriales crecen. “Yo creo que la lectura en internet reemplaza mejor la lectura de revistas que de libros, entonces no necesariamente sufrimos el proceso. Las editoriales existen porque se siguen vendiendo libros y la estructura de costos es menor que la de una revista, que está más atada a la publicidad. Si el proyecto no se abandona, sólo puede crecer”, dice Blatt.
Modelos de producción. Blatt & Ríos llevan más de treinta libros publicados y para 2015 inaugurarán el Club del Libro, en el que por una cuota mensual, se recibirán las novedades. Es un modelo de negocios que permite la subsistencia, según Blatt: “No tenemos pérdida porque se extendió la impresión por demanda y pudimos bajar la tirada de los títulos. Ahora podés imprimir lo que vas a vender”. Páprika es un buen ejemplo al respecto:  “Nos caracterizamos por el eclecticismo y la falta de prejuicio y la cintura para aprovechar lo mejor posible las opciones que tiene un editor. Si necesitáramos una tirada menor porque el libro lo pide, lo podríamos hacer. Pero en el caso de estos libros pensamos que podrían tener muchos lectores y la apuesta editorial la pensamos a largo plazo.” En lo que sí “ahorran” es en los costos de la fuerza de trabajo, dice Papandrea: “Cada uno de nosotros tres, por su experiencia, tiene ciertos grados de especialización y nos complementamos muy bien. Salvo las tapas y la imprenta, lo otro lo hacemos todo nosotros. Así tenemos un grado de autosuficiencia importante a la hora de costear los libros, a pesar de que requiera trabajar de noche”. Aún no abrieron su sitio web, pero se promocionan a través de las redes sociales. Otra variable a tener en cuenta en este buen estado de salud.  “El desafío está en que nos conozcan. Me parece que hay que ir a buscar a los lectores de las grandes editoriales. Creo que todas las editoriales independientes estamos sumando para construir una comunidad de lectores. Me parece que para este tipo de editoriales no podés guiarte sólo por lo que te gusta y en general lo que hacen los editores independientes es renovar el panorama, abarcar todas las poéticas. Los lectores no están casados con ninguna editorial y están a la búsqueda de un libro que les cambie la vida”, dice Papandrea.

Por su parte, Nulú Bonsai tiene una manera un poco más “controlable” de producción. Pero no por eso menos exitosa: “Tenemos una estructura de tiradas cortas con intención de que vaya creciendo hasta alcanzar una tirada básica. No trabajamos con distribuidora por el nivel de la tirada, sino que hacemos más un trabajo de hormiga. Estamos en proceso de construcción del fondo editorial, que se va armando de una forma más heterogénea y azarosa. Se trata de una estructura comercial con poco margen, pensada para que no se muera el capital sino que se pueda reinvertir. Ahorramos en la parte más cruel, que es la de los sueldos y la ganancia. Aunque tampoco somos organizaciones sin fines de lucro”,  cuenta Goyeneche.
¿Pero de dónde salen las ganas de poner una editorial? Dice Papandrea: “Nos consideramos editores profesionales y vocacionales y disfrutamos de todo lo que implica la edición. Pero antes que nada somos lectores y hay ciertos libros en donde las ganas de que otros los lean son fuertísimas. Para el editor la lectura va de la mano con compartir, así lo siento yo. Los libros que publicamos nos parecen valioso para nosotros y para los demás. Cuando uno publica un libro, entrás en diálogo con el resto de los libros, de los lectores, es tu modo de intervenir en la cultura, aunque suene grandilocuente”.

Regalos de Navidad
Si todavía no están decididos y comprados los regalos de Navidad, acercarse este domingo a la segunda edición de La liga del Bien es una muy buena opción. Se trata de una feria con la presencia confirmada de más de 15 editoriales independientes, que se puede visitar desde las 18 hs. hasta entrada la madrugada en la terraza del Club de Arte (Av. Corrientes 3439, Abasto). Habrá descuentos, presentaciones de libros, charlas, lecturas, música en vivo, exposiciones y tragos frescos para celebrar el día más largo del año en esta parte del mundo. Si se prefiere ir por la mañana, la Papelera Palermo (Cabrera 5227) abre su jardín de 11 a 20 hs. en la que se podrán ver más propuestas. Consejo: conviene no perder la oportunidad de ver las variadas y buenas novedades publicadas este año porque también, si se es un poco pícaro y con buena percepción por estas cosas, quizá haya posibilidad de enterarse lo que vendrá. Algo que sirve en estos casos.

Tres casos testigo
Blatt & Ríos 
Fue fundada en 2010 por Mariano Blatt y Damián Ríos. Empezaron con cuatro títulos por año y en 2015 planean sacar, como mínimo, un libro por mes. blatt-rios.tumblr.com.
Paprika
Lanzó su primer libro en septiembre. Es un emprendimiento de tres editores, Maximiliano Paparella, Andrés Beláustegui y Claudia Arce, con tiradas de 1300 ejemplares. facebook.com/editorial.paprika
Nulu bonsai
Fue fundada en 2006 por los poetas Sebastian Goyeneche y Grau Hertt y llevan 58 títulos publicados, en dos colecciones: La Jauría (narrativa) y Ojo bala (poesía). nulubonsai.com.ar